Si, este es otro post de los muchos que rondan en internet sobre el coronavirus pero yo no vengo a hablarles de cuantas personas se han contagiado hoy, cuantas personas se han muerto o de que tan rápido pasa el virus de una persona a otra. No les voy a alimentar la ansiedad que seguramente ya están sintiendo. Tampoco vengo a decirles que se cuiden haciendo una rutina y funcionando tal y como lo hacen todos los días porque estos días no son como todos los otros. Estamos en medio de una pandemia mundial y eso claramente va a afectarnos una u otra forma. Antes de sentarnos a planear nuestra vida alrededor del encierro tenemos que ser conscientes de que nos va a costar acostumbrarnos a tener que pasar mucho tiempo con nosotros mismxs.
Alguna vez escuche que el tiempo libre es el peor enemigo de las personas que sufren depresión y creo que, manteniendo las proporciones, es cierto. Imagínense tener un día a día tan ocupado que no te permite detenerte a pensar en si te sientes solx, si te sientes agobiadx, si sientes que la vida te pesa y que de la nada tengas que cambiar todas tus actividades porque hay una pandemia mundial. Esto de mantenernos ocupadxs para no pensar no es bueno, no se confundan, pero es lo que puede salvarnos la vida en medio de una crisis. Ahora estamos obligadxs a convivir con nuestros pensamientos. Yo podría decirles que hagan una rutina, que se bañen todos los días, que coman saludable y que tengan un lugar de trabajo organizado pero soy consciente de que eso no es tan sencillo. Espero que el aislamiento no haya llegado en un momento en que que no se sintieran bien pero si fue así les tengo un par de consejos realistas: Detente un momento para entender toda la situación, si sientes la necesidad de parar tus actividades por unos días hazlo para así evitar tener un colapso más adelante, organiza tu día a día de tal forma que no estalles pero que logres cumplir todas tus responsabilidades pero más importante no te exijas más de lo que tu estado de animo te permite dar. En tiempos de crisis mundial es importante que hagas lo posible para que la crisis no te alcance a ti.
Tener tanto acceso a la información puede hacer que tu cerebro haga un montón de escenarios en tu cabeza. El problema está cuando no logramos separar esos escenarios de la realidad que estamos viviendo. No estás exagerando porque la propagación de un virus te preocupe, no estás exagerando porque sientas que las cuatro paredes de tu habitación están aplastándote, no estás exagerando porque la posibilidad de contagio te produzca ataques de pánico. Solo tú entiendes lo qué estás sintiendo y lo que estás maquinando en tu cabeza así que nadie más puede señalar si lo que sientes es o no válido. Pero, una vez más, no te confundas. Hazte a la idea de que lo más probable es que eso que estás sintiendo, que te produce pánico, que te aprieta el pecho y que no te dejar pensar en algo que no sea el virus o el encierro no se cumpla. No te estoy pidiendo que ignores lo que sientes - porque eso es casi imposible - solo te pido que cuando sientas que la cuarentena te pesa más de lo normal tomes lo que estás sintiendo, lo analices en tu cabeza y medites sobre eso. Haz el esfuerzo de detenerte por un momento, ponerle un stop a tu cabeza y darte un respiro de tu cerebro a ti mismx. La sensación de falta de seguridad va a hacer que busques información todo el tiempo en todos lados. No te fies de ese tweet cualquiera en tu timelime o de una ilustración bonita que viste por ahí en Instagram. El internet en estos momentos es, bien usado, nuestro mejor aliado pero también nuestro peor enemigo.
Ahora mismo no estamos segurxs si en dos semanas el virus desaparezca o si en tres meses todavía estemos en emergencia sanitaria pero eso no es lo que debe ocuparnos ahora. Si vives tu vida un día a la vez o al menos haces tu mayor esfuerzo por vivir la vida despacio no le vas a dar el derecho al encierro a jugar con tu cabeza. Aprovecha tu tiempo en casa para hacer todo eso que no puedes hacer mientras almuerzas de carrera en la universidad o mientras estás aplastadx en el transporte público. Y no me refiero a ver Netflix o a dormir de más, hablo de que retomes o busques hobbies como dibujar, escribir, pintar o leer. Busca tutoriales de maquillaje que te dejen probar todos esos looks que no te imaginas usando un lunes a las 7:00 am en clase, si eres de esas personas a las que se les quema el agua puede ser un buen momento para que empieces a cocinar, revisa ese tablero de Pinterest que creaste hace rato con peinados bonitos y empieza a practicar hasta que alguno te quede bonito. Divide tu tiempo entre tus responsabilidades - sea home office o home school - y otras actividades que te saquen de la monotonía. Al final de esta cuarentena vamos a poder salir a bailar, chismear con nuestras amigxs y retomar nuestra vida normal pero por ahora tenemos que ser responsables con nosotrxs mismxs y con nuestras personas cercanas. Y en unos años vas a poder presumir que sobreviviste a una pandemia y a la guerra que puede hacerte tu cerebro de vez en cuando.
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