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  • Foto del escritorValentina Sánchez

No, no quiero reinventarme

Actualizado: 4 may 2020

El día que entré a mi casa ese 20 de marzo y no volví a salir por la cuarentena pensé que iba a poder hacer muchas cosas. Jure que iba a encontrar un nuevo hobby, que iba a hacer mucho ejercicio y que iba a ser casi que una persona nueva. Aquí estoy, más de un mes después siendo la misma persona porque caí en cuenta que esto es una pandemia y no un retiro espiritual o unas vacaciones. Así parezca que tenemos un mundo nuevo porque no podemos salir a las calles la realidad es que tenemos responsabilidades que cumplir que nos hacen seguir siendo la misma persona que tuvo que encerrarse en su casa para no contagiarse de un virus mortal.


Cuenta tras cuenta de Instagram nos hace pensar que lo que hacemos por nosotrxs mismxs durante la cuarentena no es suficiente. "Lee un libro nuevo" "Haz dos horas de cardio" "Crea un nuevo emprendimiento" "Haz una obra de arte tan icónica como la Monalisa" "Reinventa tu profesión desde la virtualidad". Ver esas historias de personas mostrando sus rutinas de ejercicio, su habitación remodelada o esa ensalada muy fit que pareciera que no alimenta se siente como si todo el mundo se hubiera renovado menos yo. Pienso que si hago ejercicio -de vez en cuando- y si tengo el tiempo suficiente también me animo a escribir como en este momento pero creo que mi vida no se ve tan organizada como se ve la de los demás en diez segundos de vídeo y un filtro granulado en sus close friends.


Sin embargo, en el momento preciso en el que estoy apunto de condenarme a mí misma por creer que no soy productiva recuerdo dos cosas. Primero, seguramente las personas que tienen su vida muy organizada de vez en cuando también lloran hasta que tienen los ojos hinchados y las mejillas rojas pero no lo muestran en sus historias de Instagram. Segundo, si no lloran y realmente tienen una vida tan perfecta y organizada no hay razón para sentirnos mal porque cada unx de nosotrxs tiene su propio ritmo. Ese es el punto de todo este post. No hay razón para que creamos que porque no hemos bajado seis kilos en un mes cosa que, realmente, no es sana o no hemos descubierto nuestro talento oculto estamos perdiendo el tiempo.


A ratos siento que la cuarentena es el mismo día eterno que hace subir y bajar mis emociones. Hay veces en los que me levanto dichosa de la vida, dispuesta a estudiar, hacer ejercicio, leer, maquillarme y cambiar el mundo pero otras solo soy capaz de pararme y hacer un mínimo para no dejar que la crisis me consuma. El punto de todo esto es que está bien, no somos maquinas que funcionan las 24 horas del día los siete días de la semana y que si se dañan se arreglan en media hora o se reemplazan. No por el hecho de tener *más* tiempo libre debes usarlo en algo que no quieres porque ves que todo el mundo lo hace. Busca esa película que te gusta, mira ese tutorial de maquillaje que quieres probar o quedarte en tu cama mirando al techo si eso quieres. El punto aquí es que hay mil responsabilidades que tenemos que cumplir con mil exigencias más que tenemos que llenar todo sin volvernos locxs. En respuesta a todo esto puedes decir: no, no quiero reinventarme.






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