La depresión me ha enseñado varias cosas, por ejemplo, cómo cuidarme a mí misma para no volverme loca. Sin embargo, estos años que he existido junto con una sensación constante de tristeza y soledad me han enseñado que hay formas correctas e incorrectas de cuidarnos y que siempre una es mas efectiva que la otra. Hay días en los que la existencia me pesa tanto que prefiero aislarme del mundo y no hablar con ninguna persona. Al final, esa idea nunca es buena porque siento mil veces más la soledad que me estaba agobiando en un principio. También opto por las compras compulsivas con el único objetivo de producir un gramo de serotonina en mi cerebro que solo dura un cuarto de hora y luego me produce más vacío. Mientras estoy en la universidad lo que hago es encerrarme a estudiar por siete horas seguidas hasta que estoy tan cansada que mi cabeza se niega a procesar más información pero, obviamente, la depresión y el cansancio pegan al tiempo y juntos pegan más duro.
Como estos tengo un montón de formas poco saludables de lidiar con mis sentimientos: Los ignoro, los oculto y no los comunico. Todos tienen una cosa en común: a largo plazo, solo me hacen más daño. A veces me toma mucho tiempo entender que estoy en una crisis depresiva porque, como ya leyeron, soy experta en ignorar lo que estoy sintiendo. El resultado de ignorar esa sensación es resultar tumbada en una cama sin las fuerzas - ni las ganas - de existir, comer o respirar. La parte buena de todo este post es que siempre me doy cuenta del daño que me estoy haciendo y busco una forma de solucionarlo. Voy corriendo a terapia, vuelvo a la medicación con juicio, escribo para tratar de entender qué es lo que siento y por qué me siento así. Así no me guste y no me sienta cómoda trato de hablar con alguien sobre cómo me siento porque, así no nos parezca importante, hablar puede salvarnos la vida.
Lastimosamente ni la depresión ni la ansiedad vienen con un manual de instrucciones. Nadie nos dice cómo manejar nuestro primer ataque de pánico ni nos dicen qué hacer si sentimos que nos estamos cayendo en un hueco súper hondo del que creemos que no podemos salir. Por eso es que cada persona tiene una forma particular de enfrentar y entender lo que le esta pasando porque no todas las depresiones son iguales y no todos los episodios depresivos son iguales. Por eso es que tenemos que empezar por entender cómo nos sentimos y así ser capaces de no dejar que lo que sentimos nos mate. Hazte esa rutina de skin care carísima que te genera una sensación de tranquilidad y control instantánea pero no se te olvide tomarte tus pastillas e ir a tu terapia. Comunica tus sentimientos pero no pongas tu estabilidad emocional en manos de alguien que no seas tú mismx.
Escribir este post me costó mucho porque tuve que hacer evidentes todos mis toxic traits que aplico sobre mí misma. Es difícil escribirlo y hacerlo evidente porque ahí me doy cuenta de todo el daño que me he hecho a mí misma a lo largo del tiempo. Pero tengo amigas que siempre dicen "Amiga, date cuenta" cuando me meto con manes que me van a romper el corazón y así me tome tiempo siempre me doy cuenta. Y es que eso es lo importante: darnos cuenta de que nos estamos haciendo daño y actuar para solucionarlo. Hoy hay solo una cosa por hacer: encontrar la forma más saludable de cuidarnos a nosotrxs mismxs mientras afrontamos una situación difícil.
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